Nos desplazamos al otro salón de compartel para dar inicio a lo audiovisual. Se trabajaron las etapas de la preproducción y producción, manejan e interpretan la planimetría en fotografía y en audiovisual además de explorar los equipos con los que cuentan como cámara de video, cámara fotográfica y grabadoras digitales. Conocen cada una de sus partes, cómo y para qué funcionan, el cuidado y el manejo de los mismos. Al igual que en el municipio de Sotomayor, hice con ellos la “foto motivación” y me encontré con miradas distintas de las imágenes y con apreciaciones que yo no había hecho.
Ya al medio día nos fuimos para el polideportivo; allí nos estaban esperando las señoras que habían preparado para nosotros los refrigerios y el almuerzo. De sus ollas sacaron las lentejas humeantes, el arroz blanco y la carne frita y así compartimos este momento en un ir y venir de risas.
Nos volvimos a reunir para ver los videos que había llevado y se dispusieron los equipos de Compartel como el televisor y el DVD. Mencionaron las similitudes entre los tres videos haciendo de este ejercicio un ejemplo para sensibilizar aún más el oído y la mirada. Al ver los trabajos que se hicieron en el encuentro de Coordinadores en Chachagüí, el colectivo sintió las fuerzas para lograr unas piezas audiovisuales como esas o quizás mejores, como lo manifestaron algunos integrantes del colectivo. Este ejercicio, fue de gran estímulo para reiterar que todos tienen las mismas capacidades para contar a través del audiovisual sus historias.
Los integrantes del colectivo me hicieron una propuesta muy bonita e interesante. Querían que conociera la Quebrada del Duende y sus alrededores. Con los equipos en mano nos fuimos de caminata.
Empezó el recorrido desde la salida de Arboleda por la carretera que conduce a San Lorenzo, cada uno me iba contando lo que sabía. José Agustín y Lucho fueron los historiadores, David y Mario los expertos en riachuelos y quebradas, Martha y Marlén narradoras de mitos y leyendas y don Jesús Banda lector de poemas mientras caminábamos; el camino era estrecho, verde y surcado por aguas cristalinas. Para ellos contarme todo esto era su felicidad, el orgullo de pertenecer a una tierra declarada patrimonio histórico de la Nación.
Ya al medio día nos fuimos para el polideportivo; allí nos estaban esperando las señoras que habían preparado para nosotros los refrigerios y el almuerzo. De sus ollas sacaron las lentejas humeantes, el arroz blanco y la carne frita y así compartimos este momento en un ir y venir de risas.
Nos volvimos a reunir para ver los videos que había llevado y se dispusieron los equipos de Compartel como el televisor y el DVD. Mencionaron las similitudes entre los tres videos haciendo de este ejercicio un ejemplo para sensibilizar aún más el oído y la mirada. Al ver los trabajos que se hicieron en el encuentro de Coordinadores en Chachagüí, el colectivo sintió las fuerzas para lograr unas piezas audiovisuales como esas o quizás mejores, como lo manifestaron algunos integrantes del colectivo. Este ejercicio, fue de gran estímulo para reiterar que todos tienen las mismas capacidades para contar a través del audiovisual sus historias.
Los integrantes del colectivo me hicieron una propuesta muy bonita e interesante. Querían que conociera la Quebrada del Duende y sus alrededores. Con los equipos en mano nos fuimos de caminata.
Empezó el recorrido desde la salida de Arboleda por la carretera que conduce a San Lorenzo, cada uno me iba contando lo que sabía. José Agustín y Lucho fueron los historiadores, David y Mario los expertos en riachuelos y quebradas, Martha y Marlén narradoras de mitos y leyendas y don Jesús Banda lector de poemas mientras caminábamos; el camino era estrecho, verde y surcado por aguas cristalinas. Para ellos contarme todo esto era su felicidad, el orgullo de pertenecer a una tierra declarada patrimonio histórico de la Nación.
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